martes, 29 de junio de 2021

Eliza, el primer robot comercial.


Localidad de Alto Pachiza, en nuestra provincia.

Al igual que Siri, Alexa, Echo, Cortana y otros asistentes digitales, éste primer programa conversacional de inteligencia artificial, tenía nombre de mujer.-Se llamaba Eliza, en honor  a la personaje Eliza Doolittle, de la obra Pigmalión, del dramaturgo irlandés George Bernard Shaw, que con la ayuda de un profesor se transforma en seis meses, desde una vendedora callejera, a una dama de la alta sociedad.-Eliza nació, en Estados Unidos en 1,966 y fue idea de Joseph Weisenbaum, un profesor de informática, del Instituto Tecnológico de Massachussets, que quería hacer una parodia, de las preguntas que hacían los psicoterapeutas,  que seguían los lineamientos del psicólogo Carl Rogers, creador  de la llamada " terapia centrada en el cliente ".-La idea de Weisenbaum, era que Eliza, conversara de forma escrita con su interlocutor de modo tal, que diera la sensación, de que lo estaba escuchando y que empatizaba, con sus problemas e inquietudes.-Con ello quería demostrar, cuán superficial podía ser la comunicación, entre el hombre y la máquina.

Para lograr una comunicación no robótica, lo más semejante, posible a un diálogo, entre dos seres humanos, Eliza, se valía de varios recursos.-Uno de éstos recursos era, reconocer palabras clave, para luego hacer preguntas referido a dicho tema.-Por ejemplo, cuando el interlocutor, mencionaba en su discurso, la palabra padre o madre, Eliza, reconocía que estaba hablando sobre la familia y luego hacía preguntas, relacionados a éste tema.-También tenía almacenada frases hechas, sobre una variedad de temas, que utilizaba al reconocer palabras clave, así como frases empáticas y de continuidad.-Estas últimas frases  como por ejemplo: Háblame más de eso, continúa, etc, siempre resultaban útiles para dar la sensación, de estar mostrando interés y hacer a que el sujeto continuara hablando, como si estuviese manteniendo, una conversación real.

Si Eliza, no encontraba palabras adecuadas en su base de datos, echaba mano de frases como: ¿Por qué dices eso? o  ¿Estás seguro?  y otras combinaciones de palabras similares.-Y al igual que hacen muchos psicoterapeutas, daba vuelta a la frase que uno le decía y le repetía, transformándole en una pregunta.-A continuación un ejemplo de un diálogo con Eliza:

Eliza: Soy la psicoterapeuta.-Por favor descríbeme tus problemas.
Interlocutor: Soy infeliz.
Eliza: ¿ Te sientes infeliz con frecuencia?
Interlocutor : Sí.
Eliza: ¿Puedes desarrollarlo mas?
Interlocutor: Demasiado trabajo.
Eliza:¿Por qué dices mucho trabajo?
Interlocutor. Estoy trabajando demasiado.
Eliza: Antes decías que te sentías infeliz.
Interlocutor: Sí.
Eliza: Me gustaría que continúes hablando.

El programa, no obstante tenía sus limitaciones.-Era incapaz de memorizar y no podía aprender de sus conversaciones.-Aún así y aunque Weizenbaum explicó, cómo el programa funcionaba, para dar con las respuestas adecuadas, se llevó una gran sorpresa, cuando notó que los usuarios, asumían que Eliza, los comprendía.-Diez años después, el informático volcó sus experiencias con Eliza, en un libro de título: Computer Power and Human Reason, en el que plasmó su ambivalencia, sobre  ésta tecnología y dónde dejó en claro, que nunca deberíamos darle a las computadoras, el poder de tomar decisiones importantes ya que carecían de cualidades humanas fundamentales, como la compasión y la sabiduría.-Estos primeros intentos, fueron seguidos más tarde, por otros experimentos, destinados a humanizar a las computadoras.

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